miércoles, 26 de junio de 2013

41 Aniversario. Laguenses ilustres. 3

Mariano Azuela González


Nació en Lagos de Moreno, Jalisco el 1 de enero de 1873 . Murió en la Ciudad de México, 1 de marzo de 1952. Fue un médico de profesión que destacó como crítico literario y escritor mexicano
Obtuvo notoriedad por sus narraciones ambientadas en la época de la Revolución mexicana de 1910. Hizo estudios de médico cirujano en la Universidad de Guadalajara. Se inició en la escritura en los tiempos de la dictadura de Porfirio Díaz. A lo largo de su carrera literaria incursionó en el teatro, el cuento y el ensayo crítico además de la novela, género donde obtuvo mayor reconocimiento.  Su primera novela de corte costumbrista fue María Luisa (1907). Después publicaría  Fracasados (1908)  Mala Yerba (1909) y Andrés Pérez, maderista (1911) en las que retrataba la tensión social que precedió al estallido de la lucha armada).  Fue designado jefe político de Lagos y posteriormente director de Educación en Jalisco. Tras la caída de Madero, Azuela se incorporó a las fuerzas revolucionarias de Julián Medina como médico militar. Cuando las fuerzas carrancistas vencieron a Villa y Zapata, Mariano Azuela se exilió a El Paso, Texas, fue entonces cuando escribió Los de abajo, novela revolucionaria que le dio popularidad, publicada en fascículos en 1915 en el periódico El Paso del Norte y en forma de libro en 1916 cuando regresó a México; sin embargo, el éxito literario de esta obra fue hasta 1925, cuando fue publicada a modo de folletín en el periódico El Universal Ilustrado.  Por su claridad para presentar hechos, su innegable tono de denuncia social y su oposición a la dictadura de Huerta, Los de abajo marcó las pautas de un género cuya práctica se extendió hasta muy avanzado el siglo XX, con títulos como Pedro Páramo, de Juan Rulfo,  La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes , Al filo del agua de Agustin Yañez y  Recuerdos del Porvenir de Elena Garro. Los de abajo  fue traducida a varios idiomas por su intenso contenido testimonial.



Tras la publicación de esa obra, Azuela avanzó en su estudio de la vida mexicana en los ámbitos rural y urbano, en los medios políticos, agrarios y familiares. Las obras de ese período son amargas y nunca están exentas de una ironía cruel. Entre ellas pueden citarse Los caciques (1917), Las moscas (1918), Las tribulaciones de una familia decente (1918), La luciérnaga (1932), Avanzada (1940) y Nueva burguesía(1941). Para cerrar su carrera escribió La marchanta (1944), La mujer domada (1946) y La maldición  ( 1955).
Fue uno de los miembros fundadores del Seminario de Cultura Mexicana y de El Colegio Nacional. En 1942, la Sociedad Arte y Letras de México le otorgó el Premio de Literatura. El 8 de abril de 1943, ingresó como miembro fundador a El Colegio Nacional.  En1949 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura. Falleció en la Ciudad de México el 1 de marzo de 1952 y fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres.


lunes, 24 de junio de 2013

41 aniversario. Laguenses ilustres. 2a parte.







Pedro Moreno González de Hermosillo 







Pedro Moreno nació en Lagos de Moreno, Jalisco, México, 18 de enero de 1775 -Guanajuato, 27 de octubre de 1817. Fue un caudillo de la Guerra de Independencia de México, sus padres fueron Manuel Moreno de Ortega y Verdín de Villavicencio y María del Rosario González de Hermosillo y Márquez
Nació en la hacienda de La Daga, jurisdicción de Lagos (hoy de Moreno, en el estado de Jalisco). Estudió en el Seminario de Guadalajara; a fines del siglo XVIII regresó a su tierra natal y se dedicó al comercio.[4] Hacendado progresista, casado con Rita Pérez Jiménez, desenvolvió actividades en pro de la independencia mexicana. Moreno entró en relaciones con los caudillos insurgentes, a los que auxiliaba. Sospechoso a los ojos de las autoridades españolas, vigilado y amenazado de prisión, se marchó a su hacienda La Sauceda. Ahí organizó una partida de campesinos, con los que se dedicó a combatir a las fuerzas realistas. Formó grupos guerrilleros junto con su familia, trabajadores de sus tierras y otras cientos de familias, de los pueblos de Moya, La Laguna y Buenavista y con el contingente de Patriotas de San Juan de los Lagos y Villa de Encarnación, se dedicó a combatir a las fuerzas realistas. quienes lucharon a favor de la emancipación mexicana, uniéndose a los combatientes en la Sierra.
Comandó varios combates contra las tropas realistas, distinguiéndose por la velocidad de sus ataques. Estableció su centro de operaciones en el fuerte del Sombrero, desde el cual incursionaba por el Bajío y Los Altos. Allí recibió a Xavier Mina e hizo poderosa resistencia a las tropas de Liñán. Después de rechazar numerosos ataques realistas en ese fuerte, cuando Mina dio orden de evacuarlo, salió el jefe mexicano el 15 de agosto de 1817, por la noche. La columna fue descubierta y atacada, dispersándose en su mayoría. Algunos escaparon, pero los que volvieron al fuerte, fueron muertos al día siguiente. Reunido nuevamente con Mina, lo acompañó al interior del país y sostuvo varios encuentros en el Bajío.
Rita Pérez Jiménez
Don Pedro Moreno  siempre estuvo apoyado y hasta impulsado por su esposa RITA PÉREZ JIMÉNEZ originaria de San Juan de los Lagos. Se unió a la lucha independentista junto con su esposo. En el Fuerte del Sombrero, Rita se encargaba de cocinar y repartir la comida, así como de curar a todos aquellos rebeldes que resultaran lesionados en los combates hasta que fue hecha prisionera llegando a ser la administradora y un brazo fuerte de la lucha armada. Junto con sus hijos padeció los horrores de la guerra. En 1813, su hija María Guadalupe, fue hecha prisionera por un jefe realista para servicio de la monarquía española. Sufrió la pena de ver morir a su hijo de quince años Luis Moreno el 10 de marzo de 1817 mientras combatía a las tropas realistas en el combate. En una batalla contra las tropas realistas, el ejército comandado por Mina, teniendo a Moreno como lugarteniente, fue sitiado en el Fuerte del Sombrero, donde estuvieron durante más de dos meses sin poder surtirse de provisiones, razón por la cual las tropas fueron mermando. Rita Pérez de Moreno en estado de preñez y sus pequeños hijos: Josefa, Luisa, Severiano y Prudencia son tomados prisioneros por los realistas.
Pero Moreno y Mina, lograron escapar y se refugiaron en el rancho de "El Venadito", donde hallándose solos y sin armas, Moreno fue muerto a balazos por sus perseguidores, cubierto del Honor y gloria le cortaron la cabeza y la llevaron al jefe realista Orrantia. Estos acontecimientos sucedieron el, 27 de octubre de 1817 .
La cabeza fue remitida a Lagos y Revuelta la mandó colocar en asta a la salida de la calle Buena Vista, en donde permaneció tres meses, hasta que de ahí fue llevaba al templo de la Merced y la enterró en el crucero del evangelio.
 Rita Pérez  fue conducida a la cárcel de León (Guanajuato) y posteriormente a Silao. En dicha población su hija Prudencia muere de un año un mes de nacida por hambre y posteriormente, Severiano de dos años y medio por los maltratos y la desolación de las cárceles. Recibió la fatal noticia de la muerte de su esposo Don Pedro Moreno asesinado el 27 de octubre de 1817 durante el ataque de los realistas al rancho de El Venadito. Fue liberada hasta 1819 por el virrey Juan Ruiz de Apodaca. Volvió a Lagos de Moreno entre penurias a causa del acoso y el despojo de sus propiedades por parte de los realistas, donde falleció.
Don Pedro Moreno es considerado como uno de los más grandes insurgentes jaliscienses, y en su honor, por Decreto 207, el 9 de abril de 1829 se rebautizó a la localidad de Villa de Santa María de los Lagos, como Lagos de Moreno.

En agosto de 2010 se confirmó que sus restos descansan en la Columna de la Independencia, junto con otros 13 Héroes de la gesta Independencia.

Múltiples veces Rita Pérez Jiménez se ha honrado su nombre y memoria por ser una heroína 
destacada del movimiento independentista mexicano. Su nombre está inscrito en letras de oro en el Salón de Sesiones del Poder Legislativo del Estado de Jalisco por decreto número 8,473 del 4 de enero de 1969.4 En 2010 se anunció que los restos de Rita Pérez Jiménez serían trasladados a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres




domingo, 23 de junio de 2013

41 Aniversario. Laguenses ilustres.


Desde mi punto de vista,  tres grandes personajes destacan entre otros muchos:
 Francisco Primo de Verdad y Ramos, Pedro Moreno y Mariano Azuela.  Algo sobre estos ilustres Laguenses:

Francisco Primo de Verdad y Ramos



"La soberanía debe venir del pueblo"


(1760-1808)
Francisco Primo de Verdad y Ramos nació el 9 de junio de 1760 en la Purísima Concepción de Ciénega de Mata, municipio de Lagos de Moreno, Jalisco, pero que por entonces estuvo adscrita a la jurisdicción de Aguascalientes.
Su familia, preocupada por su formación intelectual, envió al joven Francisco a la ciudad de México para cursar sus estudios en el Real Colegio de San Ildefonso, pues en ese tiempo no había escuelas superiores en la ciudad de Aguascalientes o en Santa María de los Lagos.
Desde temprana edad padeció la discriminación de los criollos por las restricciones que se dieron en todos los aspectos de la vida novohispana por las reformas administrativas ordenadas por el rey de España, Carlos III.
Estas reformas restauraron la gloria de la Península como potencial mundial, pero sus reinos americanos fueron explotados sin medida para lograr la ambiciosa meta. De fuera venían los hombres a regular los destinos del país: el gachupín, se decía, "viene a gobernar unos pueblos que no conoce, a manejar unos derechos que no ha estudiado, a imponerse en unas costumbres que no ha sabido, a tratar unas gentes que nunca ha visto".
Con el deseo de cambiar las cosas en su propia patria, Francisco Primo de Verdad se esfuerza en estudiar leyes y comenzó a relacionarse con los principales personajes del Ayuntamiento de la Cd. de México, del que llegaría a ocupar el cargo de síndico, con ánimo de cambiar la situación de discriminación de peninsulares contra criollos.
Al saberse la invasión de España por las tropas francesas de Napoleón Bonaparte, y el cautiverio de la familia real, propuso con el regidor Juan Francisco Azcárate, que el virrey convocara a todos los Ayuntamientos de la Nueva España a juntas encaminadas a formar un gobierno provisional apoyado en el pueblo.
Argumentó Primo de Verdad que, por la falta de monarca, la soberanía había vuelto al pueblo y apoyó la necesidad de formar un gobierno provisional en las Leyes de Partida y propuso al virrey y a la junta jurar a Fernando VII como rey de España y de las Indias, y trató de convencerlos para que se comprometieran a no reconocer monarca alguno que no fuese de la estirpe real de los Borbones, a defender el Reino de Nueva España y no entregarlo a otra potencia ni a otra persona que no fuera de la familia real legítima.
En un contexto conflictivo y confuso, el 15 de Septiembre de 1808 se dio una rebelión de españoles encabezados por Gabriel de Yermo en contra del virrey Iturrigaray, a quien apresaron y acusaron de intentar sublevarse contra la corona española. Iturrigaray y su familia fueron apresados, mientras los españoles rebeldes nombraron como nuevo virrey a Pedro Garibay, un anciano que les sirvió de parapeto perfecto.
No sólo fueron aprehendidos el virrey, su esposa e hijos, sino también quienes habían manifestado la idea independentista: Primo de Verdad, Francisco Azcárate, el abad de Guadalupe José Neye de Cisneros, el canónigo José Mariano Beristáin, el licenciado José Antonio del Cristo y fray Melchor de Talamantes, quienes fueron recluidos en las cárceles del arzobispado en la ciudad de México.
En la mañana del 4 de octubre de 1808, el licenciado Francisco Primo de Verdad había muerto en una de las celdas de la prisión. Se asegura que fue asesinado por los españoles que se hicieron cargo del gobierno colonial. Fue sepultado en el sagrario de la basílica de Guadalupe.
Abogado y prócer de la Independencia de México. Defiende la idea de que la soberanía reside en el pueblo.
Fue hasta el 2008 que el Congreso de Jalisco declaró a Francisco Primo de Verdad y Ramos como Benemérito en grado heroico por su labor en favor de la autonomía y la Independencia de México. Su nombre se encuentra inscrito, en letras doradas, en la Rotonda de los Jalisciences ilustres.

sábado, 22 de junio de 2013

41 aniversario Lagos nos espera.

Jueves 27 y  viernes 28
¿ Ya confirmaste tu asistencia a Fernando Aguiñaga?




¿Qué son los Kikapues?

Les paso una nota de México desconocido...

Muchos mexicanos ignoran que al norte del estado de Coahuila habitan desde 1852 los kikapúes, indígenas originarios de Wisconsin que emigraron al sur huyendo de los conflictos bélicos que afligían la zona a causa de las expediciones colonizadoras europeas.  A tres horas de Saltillo, si se viaja en automóvil, y a 130 km aproximadamente de la frontera con Estados Unidos, se localiza la zona llamada El Nacimiento, en el valle de Santa Rosa, formando parte de la cuenca hidrográfica del río Sabinas. En estos terrenos de unas 7 mil hectáreas, los indios kikapúes han luchado celosamente por preservar sus antiguas tradiciones y costumbres durante más de un siglo, con la determinación de mantener su identidad a toda costa.  Para comprender las razones por las que los kikapúes viven tan lejos de su lugar de origen es necesario remontarse al pasado.  En 1654, cuando los franceses exploraban el estado de Wisconsin con miras a colonizar la zona se encontraron a un grupo de kikapúes establecidos en refugios en Menomini y Winnebago. Aunque en un principio se mostraron renuentes a entablar relaciones con los colonizadores, incluso lucharon contra los franceses para repeler la invasión de sus territorios, con el tiempo llegaron a un acuerdo de alianza. De esta manera, cuando los ingleses, entre 1735 y 1736, trataron de quitar tierras a los franceses, los kikapúes mantuvieron su lealtad a sus aliados. 
Con el Tratado de París en 1763, la derrota francesa transfirió a los ingleses el título de Canadá, la tierra de la Nueva Francia y el este del río Mississipi. Resentidos por este acontecimiento, los kikapúes no aceptaron a los ingleses, pero años más tarde, cuando los estadounidenses trataron de invadir su territorio, se aliaron con los británicos.  En el año 1800, diversas tribus que vivían en esa zona del país vecino emigraron al sur y se establecieron en la ribera del río Sabinas. Posteriormente, debido a las invasiones y persecuciones de que eran objeto por parte de los colonos estadounidenses, solicitaron a las autoridades mexicanas ser reubicados.
En aquel entonces, el general Guadalupe Victoria, primer presidente de la República Mexicana, les concedió tierras en Texas.  Como es sabido, a causa de la guerra de 1847, este territorio pasó a formar parte de los Estados Unidos; por tanto, en 1850, los kikapués solicitaron nuevamente al presidente mexicano, José Joaquín de Herrera, les diera asilo en México. Dos años después les donaron los terrenos de El Nacimiento en el municipio de Múzquiz; región donde han vivido hasta nuestros días.  El clima semidesértico que predomina en este lugar, con temperaturas de más de 40°C en verano y de cero centígrados en invierno, y los escasos recursos naturales de que disponen son los dos factores que han determinado la vida de los kikapúes, quienes, hasta principio de este siglo, fueron un grupo eminentemente cazador y recolector, pero al disminuir la fauna de la región se vieron obligados a desarrollar actividades agrícolas; es decir, a cultivar pequeñas parcelas con maíz, frijol y calabaza. 
Actualmente, su principal fuente de ingresos es el trabajo migratorio. A partir de 1952, año en que las autoridades estadounidenses les concedieron tarjetas de inmigración, los kikapúes, salvo los ancianos, las mujeres y los niños, se trasladan a diversos lugares de los Estados Unidos para trabajar en las cosechas de legumbres.  Estas labores las realizan generalmente de cinco a siete meses al año (de abril a octubre), y es la base de la economía indígena.  Sus ingresos se complementan con el trueque de pieles por alimentos; con el comercio de trigo, avena, maíz, frijol y calabazas, cuando las lluvias han sido abundantes y permiten la irrigación; la venta de chile piquín que las mujeres y los niños cosechan durante el otoño, o bien con el comercio de artesanías. De esta manera, la economía de los kikapúes es superior a la de muchos grupos indígenas nacionales.  El campamento kikapú llama la atención por las casas de carrizo de techo elíptico, que ellos llaman casa india, al lado de jacales similares a las viviendas de la región, que denominan casa mexicana.  Según los cambios de clima, la casa india se construye dos veces al año. La casa de verano, ocupada en marzo después de las ceremonias de Año Nuevo, tiene forma rectangular, está levantada sobre un armazón de troncos verticales y consta de dos partes: la casa, propiamente dicha, y un anexo.  Las paredes son de carrizo y dejan libre un espacio que hace las veces de puerta, donde cuelgan una cortina. El techo, que cubre la casa y el anexo, es de tule, o también lo elaboran con varias esteras o petates sobrepuestos, que se afianzan con varas flexibles, cruzadas de un extremo a otro, a lo largo y a lo ancho de la construcción.  Para dormir, dentro de la casa, utilizan algo similar a las literas, construidas de vara sobre las que se coloca un colchón y un mosquitero llamado escudo.   
La casa de invierno, en cambio, es de forma elíptica, construida con un armazón de tule que no permite el paso del frío. La parte central del techo tiene una abertura con el propósito de dejar salir el humo del "fuego sagrado", el que se coloca en medio de la habitación.  Por su parte, la casa mexicana, construida con tabique, tiene características similares a las viviendas urbanas de la región. Cuenta con agua, electricidad, televisión y otros aparatos modernos de los que carece la casa india, y la emplean para cocinar.  Asimismo es posible observar otro tipo de construcciones de muy reducidas dimensiones y pobre apariencia, en comparación con el resto de las viviendas. El techo elíptico está cubierto de cartón y plástico para impedir el paso del frío y la puerta es de madera. Esta pequeña casa sirve de albergue a las mujeres cuyo estado, de alumbramiento o menstruación, las obliga -según las creencias kikapúes- a permanecer lejos de su casa habitual. 
Además, existen numerosas costumbres y tabúes en torno a las viviendas. Por ejemplo, antes de empezar a construir una casa se lleva a cabo una ceremonia especial, y ésta debe fabricarse con material virgen.  La casa es de la mujer, pero una mujer adulta necesita el consentimiento del jefe para poseerla o construirla. El terreno pertenece a la comunidad, por ello, si la casa no recibe el cuidado adecuado de sus moradores, el terreno se le asigna a otra familia. Los padres duermen al lado izquierdo de la puerta, mientras que los niños y otros miembros de la familia del lado derecho, y los hijos pequeños a los pies de los padres.  Nadie puede comer en el lado oeste de la casa, ya que ese lugar está destinado a los espíritus. Tampoco está permitido cepillarse el cabello, cortarse las uñas o rasurarse dentro de la casa.
Está prohibido brincar encima del fuego, pues existe la creencia de que las mujeres pueden sangrar hasta morir en su próxima menstruación. No se pueden realizar trabajos de madera y plata dentro de la casa, en particular los que pertenecen a juegos ceremoniales.  Dentro de todo el compuesto hay, aproximadamente, 83 viviendas habitadas por 400 personas y el terreno de la comunidad cuenta con 6 493 ha, usadas para pastar. No disponen de servicios como escuelas, correo, tiendas, policía o transporte público; tampoco pagan impuestos al gobierno mexicano. 
Los aparatos modernos que es común encontrar en el campamento son: televisores, máquinas de coser, linternas, radios de baterías, estufas de gas butano y camionetas pickup. Entre ellos, poseer una pickup es la mayor ambición de un kikapú, lo que no es difícil, ya que las adquieren los Estados Unidos con el fruto de su trabajo.  Lo que les ha permitido conservar sus tradiciones e idiosincrasia ante la modernidad y el paso del tiempo es que siempre han sido un grupo muy independiente, celoso de sus tradiciones y costumbres.  Su organización política gira en torno a un jefe o capitán, que asume a la vez el puesto de sumo sacerdote; esto significa que tiene poder civil y religioso.
Entre las funciones que desempeña están las de dirigir las ceremonias, efectuar bautizos, vigilar el mantenimiento de las costumbres, intervenir en los problemas que se suscitan dentro de la comunidad y representarla ante las autoridades gubernamentales.  El capitán debe ser una persona de edad y experiencia, con amplio conocimiento de las prácticas religiosas y de una conducta irreprochable. En sus labores es auxiliado por cuatro consejeros, los cuales deben poseer las mismas características que él.  También figura un comisario ejidal, encargado de intervenir en los asuntos relativos a la tenencia de la tierra. Los crímenes mayores como asesinato y robo los maneja la autoridad de Múzquiz.  Su producción artesanal consiste en la elaboración de tehuas (mocasines) y mitazas (chaparreras) de piel de venado y tejido de chaquira.
El vestido tradicional se reserva para los ancianos y los jóvenes que participan en ceremonias religiosas, ya que, por lo general, visten ropa de tipo occidental.  El sobrepeso y el cabello largo se consideran como signos de belleza en las mujeres.  La práctica medicinal de los kikapúes, cuyos secretos guardan celosamente, está basada en el uso de plantas, oraciones y algunos productos animales y humanos.  En cuanto a la educación, los padres hacen poco por la disciplina, pero enseñan a sus hijos los secretos de la cacería, la artesanía, la agricultura, las ceremonias y el mantenimiento comunal de carreteras y pozos.  La madre proporciona abrigo para sus hijos, cocina, lava, cose, prepara las pieles, hace tehuas y enseña a sus hijas sus obligaciones como mujeres; asimismo, es ella quien asume el cuidado de los nietos. 
Los niños aprenden practicando y observando; a la edad de cuatro años ya utilizan el arco y la flecha, y a los diez participan en las cacerías con rifle. Cuando una niña cumple diez años ya sabe cocinar, hacer pan, coser a mano, preparar las pieles, adornar tehuas, hacer canastas; y ayuda con los pequeños y en las cosechas.  No existe una ceremonia formal de matrimonio, sino el anunciamiento, el cual sucede después de que el matrimonio se ha consumado y consiste en felicitar a la nueva pareja y darle regalos. 
El abolengo en los kikapúes es diferente que en nuestra cultura. No utilizan apellidos; un padre pasa a su hijo únicamente su afiliación al clan. Cada persona tiene un nombre que corresponde a su clan y el epónimo de su tótem como: Búfalo corredor, Berry silvestre, Man parado, por mencionar algunos. El kikapú enfrenta la muerte con aceptación; cree que el Gran Espíritu lo puso en la Tierra y tiene el poder de llamarlo cuando le plazca. Piensa que su vida en el más allá estará entretenida con sus juegos, danzas y cacerías favoritas y, de no gustarle, puede pedir permiso para regresar a este mundo entre dos y cuatro veces, en el cuerpo de un recién nacido.    La religión es la principal fuerza integradora de la sociedad kikapú.
Creen que todo en este mundo tiene espíritu, vida y poder. Como cabeza de este orden está Kitzihiat, el Gran Espíritu, quien creó todo menos el mundo, el cual fue creado por Wisaka. Él taimen les dio las reglas que deben seguir: no cometer suicidio, no matar a otro kikapú ni a un indio de otra nación ni a un mexicano, no fallar al cumplir sus obligaciones ceremoniales, no beber en exceso, no robar, no cometer adulterio, no mentir, no acumular riqueza, no participar en brujería y no hacer rumores de cosas malignas.  Ellos no creen en el infierno, sólo en el cielo. La lucha, siempre presente, por mantener un estado de armonía con todo y con todos, ha sido tal vez el principal secreto para que hayan logrado conservar su identidad ante el paso del tiempo.   
Fuente:   México desconocido No. 245 / julio 1997





miércoles, 5 de junio de 2013

41 ANIVERSARIO REUNIÓN PREVIA. 2a PARTE

Héctor Enrigue me hizo ver que en la entrada anterior, en donde reseñaba lo ocurrido en la reunión previa para el festejo del 41 aniversario, no puse la fecha para este festejo. Bueno, los 64 años más las carreras y las tecnologías novedosas, no se llevan bien, por lo que ahora estoy tratando de corregir:

FECHA:  27-28 DE JUNIO 2013
LUGAR: PARQUE ACUÁTICO KIKAPU. LAGOS DE MORENO, JAL.



Aprovecho para subir al blog algunas otras fotografías de la reunión en la terraza del condominio en donde vivo,
Gabriel y Liborio

Memo, la esposa de Juan Antonio, Juan de Dios, Juan Antonio, Chava y Enrique

La esposa de Liborio, Liborio, Memo,y la esposa de Juan Antonio

Andréa con su papá, Fernando.

Memo, Rosa y yo (Juan Manuel)

 Andrea, Fernando, Memo y Rosa, esposa de Juan Antonio

Tita y Andréa, esposa e hija de Fernando.

VAMOS A LAGOS: